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AUTORES


Mirabai: entre el esplendor artístico y la fidelidad de convicciones
por: Alejandra Sotelo Alfonso
Estudiante de Literatura, Universidad Javeriana, Bogotá

Sep. 2020



Enfrentarse con lo desconocido es, generalmente, una experiencia aterradora para cualquier tipo de sujeto, más aún cuando lo que se encara parece ser esencialmente opuesto a la realidad de quien aventura en un terreno ajeno al suyo. Ese es el miedo que se genera al tratar de abordar, académicamente y desde perspectivas latinoamericanas y eurocentristas, textos de autores de la India, porque siempre está presente el riesgo de caer en la exotización o el orientalismo. Además, se genera cierta desconfianza de la información de la que se dispone dado que los trabajos en español al respecto son más bien escasos y el acceso a fuentes en inglés es limitado.


Por lo anterior, para cumplir con el objetivo del presente trabajo: analizar algunos tópicos y significaciones recurrentes en la poesía de la escritora india Mirabai, así como su legado en generaciones posteriores, es necesario presentar primero un contexto detallado de la vida de la autora para entender su lugar de enunciación literario en tanto que práctica estético política asociada a la época en la que vivió.


Así entonces, Mirabai, o Meera como también se le conoce, nació en 1498 en el distrito de Pali, ubicado en el actual estado de Rajashtan, al norte de India (aunque pasó gran parte de su infancia en Merta). En el año 1516, de acuerdo con la tradición, pero en contra de su voluntad, su familia la entregó en matrimonio con Bhoj Raj, el heredero a la corona del distrito de Mewar. Pese a la unión con el futuro rey, se dice que Mirabai nunca se entregó a él pues a los tres años un sadhu le había regalado una estatua del dios Krishna, y ella le juró total devoción. Tras la muerte de su esposo, en el año 1521 en una guerra contra los mogoles, Mirabai sufre toda clase de maltratos y persecución por parte de su familia política hasta que decide huir al distrito de Dwarka, en el estado de Gujarat, donde termina su vida de forma misteriosa.


Podría decirse que esa es, a grandes rasgos, la biografía de Mirababi, sin embargo, hay algunos aspectos de esta en los que vale la pena profundizar. En primer lugar, Mirabai creció devota de Krishna inspirada por la historia de Andal. Esta última pertenece a los doce santos del estado de Tamil, siendo la única figura femenina dentro del grupo reconocido por sus cánticos y poemas de amor y servicio al dios Vishnu, del que Krishna es avatar. Lo interesante es que la pasión y la entrega de Andal creció de tal forma hacia su señor, que terminó por hacerse su esposa, impulsando así todo un movimiento de devoción al dios. Sobre esto se regresará más adelante al analizar los poemas de Mirabai.


En segundo lugar, resulta problemático el modo en el que Mirabai desempeña su rol de mujer en su sociedad. Por un lado, parecía no cumplir con sus obligaciones de esposa respecto a Raj mientras que, por otro lado, Krishna no habría tenido ninguna queja de su amor. Es en esta ambigüedad donde se manifiesta que, si bien su relación con el dios era de completa abnegación, sus comportamientos sociales eran de alguna manera subversivos. Vistos desde esa perspectiva, Mirabai podría ser considerada como un ícono contradictorio de la liberación femenina.


Y, en tercer lugar, también es importante resaltar que luego de la muerte de su esposo y después de varios intentos fallidos de asesinato por parte de su familia política, la obligan a cometer suicidio, se cree, debido al ritual de Sati. Ese es el motivo por el que Mirabai parte hacia Dwark, donde nació el dios Krishna, y, al ingresar a su templo -el cual había permanecido cerrado por años -desaparece junto a él en el año 1546.


Bien, conociendo mejor el contexto de la escritora en cuestión, es ahora posible el análisis de algunos de sus poemas más famosos. La mayoría, a veces escritos en primera persona y a veces en tercera, constituyen un registro de su amor por Krishna, a quien se refiere como su amante oscuro. Pero ese amor tiene unas características muy particulares, entre las cuales destaca su carácter dual: es un amor que pone en tensión el éxtasis y la aflicción, “este amor es a veces feliz, en presencia de su amado, pero otras veces supone el dolor profundo de la separación de Krishna” (MCN Biografías).


Así, en el poema No te vayas, no te vayas, por ejemplo, se refleja en la devoción de la escritora al dios de su amor una suerte de deseo o de erotismo que la hace querer fundirse y ser una, físicamente, con él, entregarse como ofrenda a él: “Me gustaría que mi cuerpo se convierta en una pila de incienso y sándalo y que tú le pongas una antorcha. / Cuando haya caído a cenizas grises, espárceme sobre tus hombros y tu pecho”.


Y luego, en otros poemas, por oposición al anterior, da cuenta del estado normal de desesperación y ansiedad que se produce en una persona enamorada cuando no puede percibir sensorialmente a su significant other, lo que se traduce en el agotamiento que domina las emociones y los pensamientos de Mirabai cuando está lejos de su dios. Este sinsabor se hace evidente en Déjame verte y Tormenta que declaran: “Tu ausencia me hiere. / (…) Ven pronto. Cuídame” y “La agonía de la separación me consume/ ven y sacia este fuego interno” respectivamente. Además, constantemente la autora equipara su existencia sin Krishna a un invierno, frío, gris y desierto, y le pide que traiga la primavera llena de frutos y colores a su vida.


Ahora, del mismo modo en que Mirabai describe un amor lleno de matices, descubre su esencia igualmente binaria que se pasea entre un polo sacrificial para su dios y un polo de acciones controversiales e incomprendidas por todos a su alrededor. Al respecto, el profesor de la Universidad de Columbia, especialista en religión e historia de India del Norte, John Stratton Hawley comenta:


En un aspecto ella es reverenciada como la esposa espiritual de Krishna, callada, humilde y auto sacrificada a su “marido-dios”, pero en otro sentido es celebrada como la clase de persona que desbarató las complacencias donde quiera que iba, particularmente aclarando que la concepción que tenía el mundo acerca del lugar de una mujer no siempre es un lugar en el que se quiere estar. En estos dos aspectos, y siendo la única de su género que se ganara un lugar de honor entre los santos del norte de la India, ella ejerce una fascinación que ninguno de sus pares hombres puede igualar.


Lo primero se evidencia en el poema Es verdad que fui al mercado en el que demuestra que paga con su vida misma por el amor de su dios, aunque no considera suficiente ese valor. Lo segundo cobra sentido en Mi cántaro se estrella donde deja ver la posición de sus propios familiares frente a sus comportamientos y cómo nada la afecta mientras cuente con Krishna: “(…) Padre, madre, hermano/ y hermana/ todos dicen lindas palabras. /Ven a casa, /olvídalo/ (…) Déjalos decir que estoy perdida”. De esta manera, se observa que la escritora se despoja de todo cuanto podría estimar en su vida pues representa un obstáculo para la plena consumación de su idilio con Krishna. Así, en vez de lamentarse por lo que podría perder, refleja una confianza absoluta en su amado que, de algún modo, escapa al sentido común.


Dado que los poemas de Mirabai son considerados autobiográficos, su estilo de vida ha inspirado a miles de personas pese a las dificultades para encontrar su trabajo en el idioma original (Rajashtan). Por un lado, en muchos lugares de India, sus composiciones siguen siendo actualmente usadas como bhajans o canciones devocionales.


Adicionalmente, en el año 1945, el productor cinematográfico T. Sadasivam, buscando una historia que más allá de ser una entretención masiva tuviese un mensaje universalmente edificante, estrenó la película musical Meera que fue muy bien recibida por la crítica. La cinta fue protagonizada por su esposa M.S. Subbulakshmi, quien alcanzó la fama luego de su elogiada interpretación de la escritora no solo por su grandiosa voz sino también por la credibilidad del personaje. Esto, porque tanto Sadasivam como Subbulakshmi asumieron cierto tipo de compromiso político para contar la historia de Mirabai pues no grabaron en sets artificiales sino en los lugares en los que ella vivió e, incluso, Subbulakshmi decidió adorar en todos los templos en los que la misma Mirabai había adorado siglos atrás.


Por otro lado, en su artículo Mirabai comes to America: the Translation and Transformation of a Saint (2010), Nancy M. Martin, profesora de Estudios Religiosos en la Universidad de Chapman, expone, mediante archivo histórico, varios ejemplos en los que la vida y obra de Mirabai han servido de inspiración para otras personas y otras manifestaciones artísticas que, de hecho, se le han atribuido a la santa. Tal es el caso del poeta misuriano Daniel Ladinsky, que, además de haber traducido al inglés el trabajo de Mirabai, ha escrito otros poemas de naturaleza mística adjudicándoselos a ella.


Lo anterior puede ser problemático en tanto que, primero, Ladinsky no es el único que ha ejecutado este tipo de acciones y, segundo, se difumina el límite que separa los poemas originales de los escritos posteriormente. Esto provoca que de alguna manera se pierda la autenticidad de los primeros a pesar de que en muchas ocasiones las corrientes estéticas sean muy diferentes. No obstante, Martin propone en su artículo una explicación parcialmente válida para este fenómeno, dice que “a veces es necesario cambiar la forma de la historia, o la forma en que se cuenta, para poder transmitirla en un contexto cultural y religiosamente distinto al de su origen” (p. 18). Desde ese punto de vista, lo que podría concebirse como algo arbitrario, puede ser resignificado como el intento de autores extranjeros por acercar a un público no indio a las obras memorables de este país.


Para resumir, a pesar de que su biografía está sumida en mitos e incertidumbres, al menos para el público hispanohablante, Mirabai es el ejemplo perfecto de la unión política entre la vida artística y la vida personal. Es ahí donde reside gran parte de su grandeza revolucionaria que ha posibilitado consolidar su obra como clásica, capaz de trascender las barreras de espacio y tiempo. Adicional a eso, vale la pena que su trabajo tenga más reconocimiento en Latinoamérica pues su fuerza creativa es digna de admiración y, si bien representa una apertura mental a otras realidades, el contenido de sus poemas está lleno de humanidad, lo que permite a sus lectores identificarse hasta cierto punto en su trabajo sin importar la creencia religiosa que se profese.


Bibliografía


-Kinsley, D. (1988). Hindu Goddesses: Visions of the divine feminine in the Hindu Religius Tradition. (1era ed.). Los Ángeles: University of California.

-Martin, N. (2010). Mirabai Comes to America: The Translation and Transformation of a Saint. The journal of Hindu Studies, p.12-35, https://doi: 10.1093/jhs/hiq009

-Meera. (2020, 21 de septiembre). En Wikipedia. https://en.wikipedia.org/wiki/Meera

-Meera (1945 film). (2020, 15 de septiembre). En Wikipedia.

https://en.wikipedia.org/wiki/Meera_(1945_film)

-Micronet S.A. (s.f.). MiraBai (1498-1546). MCN Biografías.

http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=mira-bai

-Rivas, R. (2012, 15 de septiembre). Las amantes de Dios: los poemas de Mirabai.

http://inutilesmisterios.blogspot.com/2012/09/las-amantes-de-dios-4-los-poemas-de.html

-Said, E. (2008). Orientalismo (2da ed.). Barcelona: Random House Mondadori, S.A.

LITERATURA