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EL NATYASHASTRA DE BHARATA

Por Kapila Vatsyayan (texto original en inglés publicado por Sahitya Akademi)


8- Conclusiones


¿Cómo se puede concluir o llegar a una conclusión sobre la corriente siempre fluyente del Natyashastra? El texto es, por así decirlo, el gomukha que delimita los glaciares de arriba y los ríos que fluyen con las corrientes de los ríos Alaknanda y el Mandakini, el Bhagirathi y otros con sus múltiples confluencias y algunas divergencias pero todos los cuales reconocemos como el Ganga (Ganges). La analogía de los arroyos, las confluencias (prayaga) y la naturaleza fluida y a la vez cambiante del río es la aproximación más cercana con la que se puede explicar el parampara del Natyashastra, el texto y la dinámica de las confluencias de afluencia, la salida y la entrada final en el océano.


Comenzamos abordando la cuestión de la autoría, la época y la ubicación. Un corolario lógico fue la cuestión relacionada de la importancia absoluta o sólo relativa de la historicidad, el tiempo en la tradición india. Una nueva reflexión sobre estas cuestiones en el contexto de Bharata, el autor, y del Natyashastra, el texto, reveló que la identidad histórica individual en términos del acontecimiento físico del nacimiento y la muerte o de la información sobre la vida personal no eran preocupaciones psíquicas. De hecho, éstas eran casi irrelevantes para el autor a la hora de afirmar su contribución en el origen o el desarrollo de un discurso, sino que su preocupación era situarse en un discurso en curso dentro de una escuela de pensamiento, el parampara. Los predecesores eran importantes para situar el texto concreto frente a la contribución no sólo de quienes el autor consideraba sus pares, sino también de quienes identificaba como sus contemporáneos o posibles sucesores. Así, el deseo del autor, su uddeshya (objetivo) y su sankalpa (determinación) de situar su obra era un método para contextualizar la obra en un sistema de pensamiento y no en términos socio-históricos. Esto es obvio en el caso del Natyashastra, como lo es respecto a un cuerpo muy amplio de literatura creativa y crítica. La actitud mental y el enfoque son compartidos por otros y son evidentes en muchos textos de varias disciplinas y ciertamente en los de las artes visuales y cinéticas.


Una vez que empezamos a examinar el texto, nos enfrentamos a la cuestión fundamental de la relación entre lo oral y lo escrito en la tradición india. La creación, ya sea en el ámbito de lo que puede llamarse revelación (shruti) y poesía (kavya) o de la escritura cognitiva (aquí, shastra), fue principalmente de la palabra articulada más que de la palabra escrita. Además, hubo un considerable desfase entre la fecha de composición del texto y los primeros manuscritos conocidos del mismo. Una reflexión un poco más profunda puso de manifiesto que, a diferencia del shruti inmutable, aquí el texto escrito sólo podía ser, en el mejor de los casos, una aproximación a un registro fiel del texto oral, y también que el texto escrito en el caso del shastra podía ser, en el mejor de los casos, un registro residual o una ayuda a la memoria de un discurso oral mucho más profundo, intenso y penetrante dentro de la tradición. El Natyashastra no fue una excepción. En el momento en que la atención se centró en la naturaleza de la transmisión de lo oral de maestro a discípulo o del preceptor de una escuela a los seguidores de la misma y en los intentos de registrar el texto oral como texto escrito, nos enfrentamos a la cuestión real y compleja de lo que constituye un texto auténtico en la tradición india y cuál es el criterio para determinar la autenticidad de un texto además de los errores gramaticales, los errores del escriba. La consideración de este problema nos enfrentó de nuevo a cuestiones más complejas sobre la oralidad y los métodos para reconstruir o determinar el texto auténtico en la fase de transcripción. Un texto oral muy sistematizado, una vez transcrito, marcó el inicio de otros problemas. Ahora el texto viaja a diferentes partes de la India, Nepal y Tíbet a lo largo de varios siglos y se transcribe en diferentes escrituras. La determinación de un texto auténtico sobre la base de los diferentes manuscritos es la desconcertante y fascinante historia del Natyashastra, como de muchos otros textos. La búsqueda de más manuscritos y el cotejo y edición de los diversos manuscritos para llegar a un texto definitivo es en este momento un esfuerzo continuo de doscientos años. No, se puede decir que incluso mil ochocientos años.


Fue con el escondite de los caminos por los que fluía la corriente de la tradición textual del Natyashastra con la constante interacción de lo oral y lo escrito, la única lengua y las muchas escrituras, la única visión clara pero los muchos obstáculos problemáticos para determinar un texto auténtico y definitivo, que nos dimos cuenta de que dentro de la tradición el curso del río, el proceso, era más importante que la entidad congelada, fija y sellada de un texto en un momento determinado.


La búsqueda de la identificación del curso del río nos llevó naturalmente a las nieves perpetuas de la visión del mundo y del pensamiento conceptual de la tradición india. Así, nos detuvimos en la visión del mundo que influyó, si no determinó, el texto del Natyashastra. Esta fue la inspiración del Natyashastra, así como su contexto más amplio. Pronto observamos que el Natyashastra reunía la cosmología de los Vedas, el pensamiento especulativo de los Upanishads y la estructura de los rituales de los Brahmanas, así como el estado del conocimiento en las disciplinas de la astronomía, las matemáticas y la medicina. El empleo de los dos términos referenciales yoga y yajna estaba cargado de contexto. El empleo de estos términos en el ámbito de la estética era de gran importancia. La identificación de las fuentes perennes también nos permitió observar los niveles implícitos y explícitos del texto. El Natyashastra empleó la metáfora de la semilla (bija) y el árbol, el proceso de brotación, florecimiento y decadencia y renovación, en todo momento, para comprender la naturaleza del universo estético. Era un organismo; el proceso era primario. La metáfora del cuerpo (sharira) y el alma (atman) eran términos de estructura utilizados para explicar los valores formales de una obra de arte. En todo el texto se pasa del proceso a la estructura y ambos se entrelazan. Es importante el compromiso del autor con la noción de lo inmanifestado y lo manifiesto, avyakta y vyakta, y por tanto la referencia repetitiva a los orígenes secretos (guha) pero muy reales de la creatividad como en el vientre materno (garbha) y todo lo que denota en una larga historia de discursos en todas las disciplinas. Se concreta simbólicamente como el garbha grha en la arquitectura india. El texto a nivel explícito era, pues, un marco para comprender la dinámica más compleja de la concurrencia y la simultaneidad, más que la secuencialidad. Nuestro análisis, por breve que sea, quizá haya dejado claro que el texto no era ni una compilación ni una agregación. Surgió de una única visión integral y, con propósito y diseño, era asimilable a muchas disciplinas, desde la cosmología, la mitología, las matemáticas y la medicina, y tenía múltiples capas. Se movía simultáneamente en el nivel de lo físico y lo metafísico, lo terrestre y lo celeste, lo puramente biológico y lo psíquico, lo sensual y lo espiritual. La estructura se basaba en el sistema bien cincelado de las tríadas (traya) de los planos de la vida y los órdenes del espacio y el tiempo y las gradaciones de lo burdo y lo sutil. Se comprendía todo el espectro del fenómeno vital en todas sus dimensiones horizontales y verticales.


Además, se hizo evidente que el Natyashastra establece con gran destreza las herramientas y los instrumentos mediante los cuales se puede conjurar el mundo de la imaginación. La intención del autor no es ni la imitación como réplica ni la renarración histórica. La aproximación más cercana en el vocabulario actual sería la simulación creativa y la presentación de un programa de realidad virtual. Tal vez la tecnología moderna proporcione una pista para entender las palabras cruciales anukarana, anukirtana y anuvyavasaya en el Natyashastra. No nos hemos extendido en la discusión del contenido o de cada uno de los capítulos del Natyashastra; nos hemos limitado a poner al descubierto el marco estructural del Natyashastra. Los conceptos centrales como anukarana y anukirtana se han discutido al hablar de los intérpretes de Bharata. Esta discusión adquiere importancia a la luz del debate contemporáneo sobre la naturaleza del fenómeno y su reflejo e imagen en la creación. El Natyashastra como confluencia, con sus dimensiones y niveles de significado concurrentes y su capacidad latente para las multi-interpretaciones y su flexibilidad intrínseca, se convirtió en la fuente de otras corrientes simultáneas. Los dos procesos de concurrencia y simultaneidad estaban en evidencia. Identificamos dos. Uno, de la tradición textual de las diferentes artes que se inspiraron y efectuaron en el Natyashastra especialmente en sangita, natya, vastu, shilpa y sahitya y el otro de los intérpretes normalmente llamados comentaristas. Entre los muchos textos de la primera corriente, nos hemos visto obligados a excluir totalmente aquí las secciones de los Puranas, desde Agni hasta el Vishnudharmottara, pasando por Vayu y Matsya y otros, ya que no habría sido correcto hacerlo sin emprender una nueva investigación sobre la relación entre Purana y Shastra. Así también en el caso de la segunda corriente (es decir, los intérpretes). Se ha intentado una discusión muy selectiva de unos pocos intérpretes y sus posiciones sólo en relación con los conceptos clave del Natyashastra y no con la totalidad de sus escritos. Así, incluso una breve presentación de las escuelas poéticas de Bhamaha, Vamana y Dandin, así como de Dhvani (Anandavardhana), ha tenido que ser excluida.


En todo momento se trató de seguir cuidadosamente el curso del río y las corrientes del Natyashastra, sin perjuicio de los otros ríos igualmente válidos y afines de la tradición incluso en el campo de la estética, especialmente la poética (alamkara). Nuestro examen, aunque breve a vista de pájaro, dejó claro que el texto surgió de la fuente perenne de las nieves eternas del pensamiento, se alimentó y nutrió de disciplinas afines y, a su vez, dio a luz a otros textos no sólo en la categoría específica, pero toda ella exhaustiva, de natya, sino también en otras que se subsumieron en natya, por ejemplo, nritta, sangita, kavya, sahitya, shilpa, etc. Junto a ello se produjo el fenómeno concurrente de la interpretación a través de la aplicación de los principios de diversas escuelas filosóficas. Se adoptaron múltiples posiciones teóricas para interpretar el texto. La interfaz entre la estética y la teología, e incluso la religión, era evidente en los comentaristas del siglo XVI. Y, por último, se examinó el texto como fuente de creatividad, ya que, en su análisis final, el arte es una cuestión de experiencia, indiferenciada en un estado de liberación, y las expresiones son las manifestaciones externas, que sirven como puentes de comunicación para evocar un estado de ser similar y análogo en el espectador y el receptor. La importancia del Natyashastra y de sus intérpretes como precursores de las teorías de la comunicación, de la recepción y de la empatía era quizá evidente. Al fin y al cabo, Bharata estaba revelando primeria y fundamentalmente la epitemología de la experiencia y de la expresión y la comunicación, en definitiva, el prayoga.


La historia del discurso cierra el círculo, salvo (como se ha dicho en la introducción) que la discusión no estaría completa sin revisar el discurso crítico del último siglo y medio. También esto tuvo que ser excluido porque ahora los intérpretes y los escritores críticos ya no pertenecen a los mismos paisajes, mentales y físicos. Tendríamos que adentrarnos en los antecedentes y condicionamientos del observador (el orientalista y el modernista) antes de identificar lo que observa en el texto del Natyashastra. Discontinuidad, afirmación de la posición individual, serían las palabras clave y eso sería y es otro viaje para otro momento.

NATYASHASTRA