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NÂD, COMPRENDIENDO LA MÚSICA DEL NORTE DE LA INDIA

Por Sandeep Bagchee



ELEMENTOS DE LA MÚSICA


Las Notas Musicales y la Consonancia


    Para comenzar, lo primero es que tenemos que pensar que no todas las vibraciones que se pueden escuchar son claras o placenteras para el oído y por tanto los sonidos usados en música son aquellos que, en forma individual o colectiva, complacen al oído y al intelecto. El sonido musical o tono es el resultado de vibraciones regulares, en contraste con el ruido, el cual es producido por vibraciones irregulares. En la música india el término nâd se usa para referirse a sonidos musicales pero este término también tiene connotaciones espirituales y filosóficas que van más allá del aspecto físico.


    Sin embargo, en cuanto a lo que tiene que ver con el aspecto físico, las notas musicales tienen cuatro características: afinación, duración, cualidad o timbre e intensidad. La afinación o frecuencia es determinada por el número de vibraciones por segundo de la fuente que genera el sonido, ya sea el afinador, una cuerda o la voz humana. Por tanto el término ‘alto’ o ‘bajo’ aplicado a una nota musical, como calificador, es relativo y se refiere a un número mayor de vibraciones de una nota cuando se la compara con una nota base. La duración se refiere al período durante el cual se sostiene o suena una nota. El timbre o la cualidad del sonido se refiere al carácter o tipo de nota y es determinado por la capacidad resonadora del instrumento o de la voz. Cada voz o cada sonido de un instrumento tiene su timbre particular o color sonoro, que depende no solo de la nota fundamental sino también de los armónicos presentes en esta. Cuando escuchamos los sonidos, no escuchamos una sino varias afinaciones junto con el sonido fundamental. Estos son los armónicos. Este es un aspecto importante que discutiremos más adelante en más detalle. Por último, la intensidad se refiere a la fuerza relativa del sonido, que es su grado de suavidad o fortaleza llamado usualmente ‘volumen’ en el uso cotidiano.


La música considera a dos sonidos solamente por sus relaciones mutuas. Se sabe que algunas notas emitidas simultáneamente son consonantes, mientras que otras son disonantes. Consonante o el fenómeno de identificación de una nota frente a otra es en realidad un asunto de grado más que absolutos, y algunos sonidos tienen un mayor grado de identidad con una nota específica que con otras, un aspecto que discutiremos más detalladamente más adelante. Sin embargo el unísono o identidad perfecta con con una nota específica surge si ambos sonidos tienen la misma frecuencia o afinación o si la frecuencia de la segunda nota es un múltiplo de la frecuencia del otro sonido. A la segunda nota se le identifica entonces como la octava de la primera nota. Al mismo tiempo, se ve que hay sonidos diferentes a la octava  que tiene algún grado de identificación con una nota específica y civilizaciones antiguas tales como la de Egipto, Grecia, China e India reconocieron este factor y lo emplearon en sus sistemas musicales.


La consonancia y la disonancia surgen cuando las ondas de sonido creada por dos notas se combinan o se oponen entre ellas. En el último caso generan golpes cuyo resultado es una alteración de naturaleza irregular. El número de golpes es la diferencia entre las frecuencias de las dos notas. Mientras que los golpes bajos no son molestos al oído, a medida que al diferencia aumenta la irregularidad también lo hace hasta alcanzar un máximo luego del cual se reduce y el golpe aparece luego como una nota nueva o secundaria que está en consonancia con la nota original. La experiencia demuestra que la disonancia está en su máximo cuando el intervalo entre las dos notas es de cerca de medio tono o semitono y se reduce cuando es de tres semitonos.


Los sonidos, ya sean producidos por la voz o por otras fuentes tales como cuerdas pulsadas, son usualmente complejas y contienen además de su frecuencia fundamental o nota principal (también conocida como nota fundamental), los sobretonos o armónicos superiores. Estos sobretonos tienen una relación simple con la nota fundamental ya que sus frecuencias son múltiplos de la frecuencia o afinación de la nota fundamental. De esta forma no generan golpes sino que en cambio producen una nota que se funde con la nota fundamental, enriqueciendo su cualidad, que es el aspecto que se conoce como timbre.


La consonancia puede ser de varios grados, dependiendo de la extensión de la relación armónica entre las notas. Esta puede cubrir desde la consonancia perfecta hasta la imperfecta. Si uno de los sonidos está directamente relacionado con el otro a través de uno de los radios dados anteriormente, entonces existe una consonancia perfecta o absoluta. Sin embargo, si un sonido no está directamente relacionado con el otro pero están relacionados a través de un tercero, que sería entonces la raíz común, la consonancia es perfecta aunque no es absoluta, y por tanto es del segundo orden. En las series armónicas mencionadas, se ve que las notas más cercanas tienen un mayor grado de consonancia con la nota fundamental en comparación con las notas más alejadas. Para resumir, entre más directa sea la relación entre las dos notas, más grande será la consonancia y las relaciones entre notas puede variar de consonancia absoluta a disonancia perfecta, con variantes tales como consonancia perfecta, consonancia imperfecta y disonancia imperfecta entre ellas. Sin embargo, la importancia de este fenómeno de identidad se basa en el hecho que cada sonido musical sugiere una o más notas y conduce por tanto al desarrollo de escalas musicales que son la base de los sistemas musicales.


La relación entre una nota y su octava, en la cual una frecuencia es múltiplo de la otra, constituye así la consonancia absoluta y perfecta. Sin embargo, esto no solo crea una gran distancia entre las dos notas sino que también es imposible usar tan solo estas dos notas para crear música. Por esto se tiene que introducir otras notas en medio de estas con el fin de construir una escala que pueda ser usada para composiciones musicales y aquí es donde cobran importancia las notas que poseen otro grado de consonancia. Cómo se debe hacer esto al tiempo que se asegure que la mayoría de las notas de la es cala sean consonantes entre sí ha sido siempre la cuestión. De hecho este asunto incluso llamó la atención de personalidades como el filósofo-matemático griego Pitágoras. Peor no nos vamos a detener a ver en detalle esta aspecto, ya que este escrito tiene como propósito fundamental proporcionar una pequeña introducción que será usada cuando ahondemos más en el tema. De todas formas volveremos a considerara algunos de estos temas, en particular sobre la existencia de otras identidades, cuando abordemos el tema de las escalas.


Al tiempo que toda la música depende de la inter-relación de los sonidos, las relaciones pueden organizarse en diferentes formas para crear diferentes sistemas musicales, cada uno con su propia característica. Es así como la música de las diferentes culturas es individual y distintiva. Sin embargo, hablando en general, los sistemas musicales pueden ser divididos en dos, dependiendo en si la melodía o la armonía es lo que domina. En lo melódico, el efecto o atractivo emocional es creado por medio de notas o sonidos que van uno detrás del otro en sucesión en una forma lineal, y que tienen relaciones entre ellos sobre la base de ciertos principios estéticos como ya lo mencionamos. Por el otro lado está la armonía, en que lo importante es la relación entre diferentes sonidos que se ejecutan simultáneamente.


Además de las relaciones entre las notas y el patrón que surja de ello existe también un elemento de tiempo que es inherente a la música,ya que cada sonido es expresado secuencialmente. Si a este elemento inherente se le da regularidad y estructura, se manifiesta y le proporciona un diseño explícito a la música. De hecho sería difícil reproducir una pieza melódica si se retiraran sus sonidos de su contexto rítmico. Más aún se vería que las notas individuales en cualquier pieza melódica no solo se mantienen por diferentes períodos de tiempo sino que también están separadas por períodos sin sonidos, es decir por períodos de silencio aunque sea momentáneamente. De esta forma cada nota tiene un valor de tiempo, el período en el cual es emitida, y este valor de tiempo no necesita ser absoluto sino relativo a toda la pieza, ya que la pieza puede ser interpretada aumentando o disminuyendo la velocidad. Se hará evidente que los valores de tiempo de las notas constituyen en si mismas un orden o un patrón de tiempo.


Por otro lado surge otro diseño básico a partir de la existencia de los acentos regulares fuertes y débiles, o de las pulsaciones en una pieza musical a lo que se le llama compás. A cada marcación ya sea fuerte o suave se le conoce como pulso. La duración de un sonido se refiere a la longitud del sonido en términos de tiempo al ser medida por el número de pulsos. Estos pulsos, que están en grupos de dos o de tres, están arreglados en medidas uniformes. Esto es similar a lo que podemos encontrar en poesía. Y, como ocurre en poesía, también se puede identificar en música una variedad de compases, dependiendo del número de acentos fuertes y débiles y la manera en que están organizados. De esta forma esta regularidad en la pulsación y en la agrupación muestra otro aspecto de la dimensión del tiempo. Por tanto, el tiempo es un aspecto muy importante de la música y se genera como resultado de la repetición de la regularidad de los acentos fuertes y débiles conocidos como compases, y como un resultado de la disposición de las diferentes longitudes, lo que es conocido como ritmo. Siendo esta la base del tiempo y la estructura rítmica en la música en general, en la música india este concepto se lleva más allá como lo podremos ver más adelante.


Sin embargo para este propósito es necesario primero discutir la escala adoptada por la música india y las notas (swara) incluidas en esta escala ya que estas son las unidades básicas de donde surge la melodía.