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R. K. Narayan
por : Angie Samanta Anzola Díaz
Estudiante de Literatura, Universidad Javeriana, Bogotá

Sep. 2020


Quizá sea adecuado visualizar a Narayan caminando por las calles de las numerosas ciudades que llegó a visitar, paseando por los mercados en busca de material para sus nuevas creaciones. Muchos recuerdan a Narayan como un hombre accesible, abierto a la conversación con la gente, a ese intercambio que se produce y que da como fruto una experiencia de los detalles, de lo cotidiano.

Es precisamente ahí en donde radica ese estilo de escritura que tanto lo caracterizó, uno bastante sencillo, directo, corto y eficaz. Fue esa una de las razones de los halagos que recibía su prosa, pero también le valieron algunas duras críticas en donde se expresaba una preocupación por esa simplicidad, libre de pretensiones, ¿era acaso esta escritura directa el canal que comunicaba una historia plana? A pesar de esto, los elogios a Narayan no dejan de admirarse de la manera en la que fue capaz de construir con pocas y sencillas palabras historias que contenían en sí tantas caracterizaciones de la vida de India, en sus textos conviven la simplicidad y la complejidad de la sociedad india, sin caer en lo panfletario, sin ideologizar sino limitándose a mostrar -cosa que también atrajo críticas de algunos de sus compatriotas, aunque se le defendió con argumentos como que la potencia de la obra estaba en esa aparente objetividad.


Rasipuram Krishnaswami Iyer Narayamaswami nació el 10 de octubre de 1906 en Madrás, la actual Chennai, en la India británica; y murió el 13 de mayo del 2001 a los 94 años en Chennai, India. Comenzó su carrera como escritor tras haber renunciado a la docencia. Su primera novela, Swami and Friends, tuvo buenas críticas aunque muy poca gente llegó a leerla en su momento. Ese inicio pequeño y casi desapercibido ciertamente ocultaba lo que llegaría a ser algún día.


Se ha considerado que Narayan es uno de los mejores prosistas que ha salido de India, su papel en el mundo literario fue tan crucial que ofició como un puente importante entre la cultura anglosajona y en general occidental y su país.


Creció hablando inglés y leyendo las obras más emblemáticas en dicho idioma, se lo ha comparado con Dickens, Austen, Faulkner.


El ganador del preio Pulitzer, Jhumpa Lahiri, consideró que Narayan pertenecía al panteón de genios del cuento junto a O. Henry, Frank O'Connor, Flannery O'Connor y Maupassant.


The New Yorker resaltó su realismo comparándolo con Gogol, y muchos otros críticos lo consideraron el Chejov indio.


Es precisamente esa comparación que se le hizo con autores del canon occidental lo que deja ver ese acercamiento que logró. Fue fundamental que toda su obra fuese escrita originalmente en un inglés impecable, con su expresión sencilla logró una lectura amena aunque no por eso simple, una capacidad para el contacto con los otros que al final hicieron que numerosos críticos y lectores se interesaran por la cultura de su país.


La lengua inglesa en realidad fue un elemento fundamental en la en ese entonces India británica. Según José Luis Caramés Lage y Carmen Escobedo de Tapia, la literatura indio-angla ha generado que la India sea un centro de atención para el mundo.


Otro de sus grandes logros como puente fue el de haber traducido el Ramayana y haber condensado el Mahabharata, obras que igualmente fueron una gran influencia en su trabajo, pues mezclaba a menudo la ficción realista con la mitología.


Sus obras podían llegar a reflejar esas transiciones que India estaba experimentando con la llegada del siglo XX, la tecnología y la creciente globalización, pero también mezclaba la tradición y las costumbres, mostraba una India en donde el pasado y el presente convivían en lo cotidiano. El toque humorístico natural también le sirvió como un elemento crítico, un cuestionamiento de ciertas costumbres. Por ejemplo, en sus tres primeras novelas las temáticas giran en torno a la vida matrimonial india, a aquellas costumbres que llegan a complicar la vida en pareja, así como también llega a aludir a los castigos excesivos hacia los estudiantes.


El componente autobiográfico de las novelas y cuentos siempre fue otra gran característica. Solía visitar los lugares concurridos por la gente del común, ansioso de encontrar más elementos para seguir componiendo su narrativa realista. Sus relatos estaban repletos de este tipo de personas que abundan en la cotidianidad, seres comunes que cualquier lector podría encontrar en cualquier parte. Sus viajes a Estados Unidos se vieron reflejados en las tramas en donde narraba las historias de indios estereotipados en dicho país, con un gran componente irónico. El componente realista de sus escritos radica en que, a pesar de mostrar las realidades sociales de la India, no las explota dramáticamente como otros autores contemporáneos. Esto atrajo algunas críticas negativas que lo tildaron de apolítico y poco comprometido, cosa curiosa pues creció en un ambiente familiar abiertamente apolítico y escéptico, si alguna vez Narayan tuvo un momento de activismo incipiente, este fue rápidamente reprendido por uno de sus tíos.


Recibió numerosos reconocimientos no solo en el mercado editorial sino también en la academia. Fue nominado más de una vez al premio Nobel de literatura sin nunca llegar a ganarlo, era miembro honorable de la Royal Society of Literature (Gran Bretaña) a partir de 1980, lo eligieron como miembro honorable del American Academy of Arts and Letters en 1982, le concedieron el doctorado Honorable en la universidad de Leeds. El mayor reconocimiento fue el Sahitya Akademi Award por su obra, The Guide, en 1958. No solo convivió con los académicos más importantes del mundo anglosajón, sino que también se le ofrecieron cargos políticos en la India como reconocimiento a su aporte a la cultura literaria.


Pese a todo esto y a la gran importancia que tuvo, no ha sido lo suficientemente abordado por la crítica. Tras de él, gracias al surco editorial que abrió, vino una gran cantidad de autores indios que escribían en inglés, siendo una corriente importante, un capítulo fundamental en la literatura anglo. Este auge, según piensa María Pilar Garcés García, pudo haber tapado de cierta manera esos inicios de dicho boom, con autores tan importantes e influyentes como R. K. Narayan. A esto se puede sumar la aparente y bastante frecuente incomprensión de su obra. A este respecto, estudios que estarían pendientes por hacer podrían enfocarse en elementos no tan inocentes como la supuesta objetividad con la que presenta los hechos, el cuestionamiento a si realmente hay una India en sí que es representada transparentemente por una obra ficcional, y más interesante aún: analizar los distintos matices del aspecto paradójico de su obra, que muestra aparente realismo en un registro autobiográfico, por nombrar algunos temas.


Hasta el último momento de su larga vida se dedicó a idear historias, a buscar material y a escribir. Quizá las nuevas generaciones lectoras puedan retomar la lectura de sus obras teniendo en cuenta todo el panorama más completo, conociendo la influencia grande que llegó a ejercer sobre sus contemporáneos y escritores futuros, que hallaron en el mundo un amplio público lector interesado en seguir conociendo de su cultura y visión del mundo. Son los lectores también los que podrían seguir construyendo ese puente que él comenzó, esta vez en lenguas como el español, en donde aún no es tan leído como en inglés, en donde no tiene tantas obras traducidas o trabajos académicos y críticos dedicados a su escritura.



Bibliografía

-" Chhote Lal Khatri, R. K. Narayan: Reflections and Re-evaluation. India, 2006.

-" Garcés García, MarÍa Pilar. El realismo fantástico de R. K. Narayan y su recepción en Occidente. Universidad de Valladolid, 2014.

-" Caramés Lage, José Luis; Escobedo de Tapia, Carmen. La literatura india en inglés: su origen, problemas y apogeo en el siglo XX.

-" Walsh, William. R. K. Narayan: a critical appreciation. University of Leeds, 1982.



LITERATURA