DERECHOS RESERVADOS © MAURICIO MARTINEZ R.

HOME   CONTENIDO   MUSICA   DANZA   TEATRO   PATRIMONIO   NATYASHASTRA   AUTOR  CONTACTO

AUTORES


Rabindranath Tagore, cuestionando los estamentos sociales
por: Nicolás Bernal López
Estudiante de Literatura, Universidad Javeriana, Bogotá

Sep. 2020


La tarde del 14 de julio de 1930 fue un momento curioso en la vida del poeta Rabindranath Tagore: tuvo lugar una unión extraña, muchas veces inesperada, que fue sumamente valiosa por el conocimiento y el dialogo que se compartió. Esa tarde el poeta habló largo rato con Albert Einstein en su vivienda en Caputh, una pequeña villa en Alemania.


A pesar de ser una conversación bastante larga, hay momentos que valen la pena ser mencionados por el acercamiento revelador que hacen a diferentes conceptos de la vida como el universo, la verdad y la belleza. Uno en especial es fascinante. Rabindranath afirma que concebimos el universo desde la verdad y la belleza cuando estamos en armonía con este. Einstein, obviamente, dice que esa es una concepción humana. Rabindranath le responde que el mundo que se conoce es uno creado por el humano, y que por lo tanto si intentamos separarlo de nosotros, cesaría de existir. Es de esperar que el ser racional de Einstein no puede aceptar tan fácilmente este argumento y que su mente acostumbrada a hallar los hilos dentro de la vida de la causalidad no puede solo aceptar una suposición como la que defiende el escritor.


Quizás ese sea uno de los aspectos más importantes que cualquier lector puede encontrar cuando se topa con los escritos de Rabindranath. El sabio defendía el azar como la prueba irrefutable de la libertad del humano en un vasto universo y, más importante todavía, sabía que esto nos alejaba de una filosofía determinista que somete al espíritu y termina enajenando la misma vida. Más que toparnos con una profunda visión romántica y apacible de un mundo clásico que se rige por los valores del amor y la justicia, también podemos atestiguar una visión crítica de un mundo que parece ser trágico por estar estancado en una tradición e identidad que cuestionó a Rabindranath por mucho tiempo; en sus poemas o en muchos de sus cuentos cortos podemos ver una escritura sumamente desafiante y reflexiva que cuestiona fuertemente lo que significa la idea de una "verdadera realidad".

Rabindranath Tagore nace el 7 de mayo de 1861 en Calcuta y muere el 7 de agosto de 1941 en el mismo lugar a los 80 años. Fue un poeta, pintor, filósofo y dramaturgo bengalí. Hijo de Debendranath Tagore y de Sarada Devi, fue el más joven de 13 hermanos. La familia Tagore es ampliamente reconocida en la India por hacer parte de la vanguardia cultural de la época conocida como el renacimiento bengalí, un movimiento de impresionante avance cultural, científico e intelectual. Su familia fue un pilar importante en la publicación de revistas, libros y producción de obras de teatro en la época. Cuando Rabindranath era pequeño sufrió la muerte de su madre y como su padre siempre se encontraba de viaje por su trabajo, encontró un refugio de calma en sus hermanos y en el mundo que le acompañaba, razón por la cual desde muy pequeño demostró una sensibilidad y actitud reflexiva por lo que le rodeaba. Muchos de sus hermanos también crecieron para ser pintores, compositores, poetas y filósofos.


Inquieto y de curiosa naturaleza, para cuando todavía era muy pequeño desarrolló una admirable habilidad analítica y de escritura que enfocaba hacia lo que más llamaba a sus intereses: la espiritualidad, la belleza y la verdad, entre otros.


Para 1878, Rabindranath se encontraba en Inglaterra estudiando derecho por deseo de su padre. A pesar de sus esfuerzos, el joven poeta desistió de su empresa y al poco tiempo se vio estudiando de forma independiente las obras de Shakespeare y otros dramaturgos de gran importancia. Dos años después regresó a Bengala sin un diploma que mostrar, pero con un ferviente objetivo que cumplir: unir la novedosa práctica cultural europea del momento con la tradición brahmoista, que había nacido en el renacimiento bengalí. Apuy (1969) explica mejor esto cuando dice que:


Para Bengala la influencia occidental fue un estímulo que hizo madurar la lengua bengalí y que produjo la aparición de una nueva literatura, de manera semejante a lo sucedido en la Europa renacentista con el descubrimiento de la herencia clásica. La literatura bengalí había estado hasta entonces limitada a temas religiosos o semi-religiosos, tomados de la literatura sánscrita o basados en cuentos populares. (p.92)


Para esa época ya había escrito y publicado varias obras de no ficción, como Cartas desde Europa, una recopilación de textos sobre su experiencia en Inglaterra mientras estudiaba; algunos musicales e incluso una novela. Sin embargo, mucho de su esfuerzo se dirigió hacia sus poemas los cuales son considerados los mejores ejemplos de su intención artística.


A pesar de su popularidad, es bastante difícil encontrar otros poemas que aquellos presentes en Gitanjali, su obra poética más importante. Por lo tanto, para función de este trabajo solo podré concentrarme en esa obra.


Para comienzos del siglo XX, Rabindranath ya era un escritor conocido en su país natal: había publicado más de la mitad de sus cuentos cortos y tres libros de poemas. Además de escribir también debía cumplir sus obligaciones familiares: se le había encargado la administración de las propiedades familiares, por lo cual viajaba mucho por Bengala. Como pasaba mucho tiempo en un barco, esto le dio la oportunidad de observar la vida rural, simple y humilde de los campesinos que trabajaban en la zona; este nuevo acercamiento cambiaría la forma cómo concebía la educación y la cultura.


En 1910 escribió, la que es para muchos, su mejor obra: el poema Gitanjali. En este se compilan 157 poemas y es donde Rabindranath logra manifestar sus intenciones poéticas, sociales y críticas más importantes; muchos de los poemas abordan la naturaleza humana, el amor, el mundo, Dios y pone en duda las concepciones clásicas de lo que significa la verdad y el sentido.


Ahora citaré el poema que da inicio al libro. Usaré el símbolo / para marca el cambio de verso del poema.


Fue tu voluntad hacerme infinito. Este frágil vaso mío tú lo derramas una y otra vez, y lo vuelves a llenar con nueva vida. / Tú has llevado por valles y colinas esta flautilla de caña, y has silbado en ella melodías eternamente nuevas. / Al contacto inmortal de tus manos, mi corazoncito se dilata sin fin en la alegría, y da vida a la expresión inefable. / Tu dádiva infinita sólo puedo recogerla con estas pobres manitos mías. Y pasan los siglos, y tú sigues derramando, y siempre hay en ellas sitio que llenar.


Es curioso como Rabindranath empieza su poemario haciendo una interesante metáfora que alude a un continuo repetir en la vida, uno donde el cuerpo es parecido a un vaso que constantemente se vuelve a llenar. Todavía más interesante es el "Tú" que usa para referirse a su interlocutor en una especie de inocente y calmada opinión. En ella acepta el lugar que se la otorgado: "Fue tu voluntad hacerme infinito" y también entiende que este "eterno retorno" solo lo colma de alegría por el conocer nuevas melodías y valles que inspiran su amor por la naturaleza y la música.


El poema 35 puede ser visto, desde otro ángulo, como una interesante sentencia de ruego. Una donde el poeta otra vez habla con esta fuerza superior cuya ausencia le pesa emocionalmente, pero que también le otorga la oportunidad de entender su mundo por medio de una visión diferente y crítica.


Permite, Padre, que mi patria se despierte en ese cielo donde nada teme el alma, y se lleva erguida la cabeza; / donde el saber es libre; donde no está roto el mundo en pedazos por las paredes caseras; / donde la palabra surte de las honduras de la verdad; donde el luchar infatigable tiende sus brazos a la perfección; / donde la clara fuente de la razón no se ha perdido en el triste arenal desierto de la yerta costumbre; / donde el entendimiento va contigo a acciones e ideales ascendentes... / ¡Permite, Padre mío, que mi patria se despierte en ese cielo de libertad!


El ruego de Rabindranath no habla del individuo sino del grupo. Su deseo no tiene como fin un beneficio personal y vano; en cambio, lo que más desea es que todos tengan la oportunidad de compartir un mejor lugar para compartir la vida. Su poema es fuertemente crítico a la tradición y la idea del "nacionalismo", algo que juzgaba mucho Rabindranath. Sus ansias implican un lugar libre de fronteras donde el saber, la libertad y la verdad puedan sobreponerse a los límites físicos y filosóficos que les han impuesto. El poder desligarse de esa "yerta costumbre" no supone ser una misión del todo fácil porque se está atentando no solo contra una tradición sino también contra una identidad que a lo largo de los años ha encontrado un lugar firme en los ideales de las personas.


Cuando Gitanjali vio la luz del día, fue aclamada por ser un bello ejemplo de una nueva y desafiante visión poética de la vida. Sin embargo, el cambio se dio cuando el mismo Rabindranath tradujo una versión reducida de los poemas (103 para ser exacto) al inglés y los dio a conocer con el título de Song Offerings. Al poco tiempo el libro fue un éxito por parte de la crítica lo cual elevó la popularidad del poeta de forma impresionante. Cuando se estaba preparando la segunda edición del libro, el poeta W. B. Yeats hizo una introducción donde afirmaba con seguridad del ingenio de Rabindranath en sus poemas y de la forma cómo estos presentaban un panorama diferente de la vida que había logrado conmoverlo.


En 1913 se le otorgó el Nobel de literatura a Rabindranath por "la profundidad, belleza y frescura de sus versos a través de los cuales, junto a su técnica consumada, ha convertido su pensamiento poético en una parte de la literatura occidental". Siempre crítico de las estrategias educacionales, Rabindranath había fundado su propia escuela con una intención diferente a la que dictaba la tradición; para cuando ganó el afamado premio, dedico el dinero a mejorar y a ampliar la que era ahora la Universidad Visva-Bharati. Rabindranath detestaba la prisión que las escuelas eran, un lugar donde los estudiantes debían ser oprimidos y aleccionados sin opción de dudar o cuestionar lo que les enseñaban, por eso defendía mucho sus clases al aire libre donde todos podían participar y debatir en pos de una educación colectiva.  Apuy (1969) dice que:


Fue necesario crear un tipo de educación nacional en la cual lo bueno de ambas tradiciones, la india y la occidental, pudieran combinarse armoniosamente. El poeta era un alma noble que nunca pudo entender el nacionalismo en forma limitada. Tener una educación nacional significaba encontrar los verdaderos valores de la educación antigua y tradicional de la India, pero enriqueciéndola con todo lo que el mundo y las diversas culturas pudieran ofrecer.


Los últimos años de su vida los dedicó a viajar por el mundo en una peregrinación espiritual y a seguir administrando la universidad que había fundado. A lo largo de su vida siempre fue un devoto de la paz y ferviente denunciante de los nacionalismos. Consideraba y veía en el nacionalismo uno de los peores males que podían existir porque negaban al humano de llegar a la universalidad que tanto añoraba. Aspiraba a demostrar cómo las fronteras podían ser eliminadas para encontrar un sentimiento común que se compartía. Como Gandhi tenían muchos objetivos en común al debatir la existencia de las castas y las posiciones sociales, pero a diferencia de él no repudiaba la cultura occidental. Su profundo desde tiene que ver con cuestionar lo establecido y defender que un espacio puede ser compartido indistintamente de la religión o de la forma de pensar, y que en cambio los esfuerzos deben ser dedicados a compartir la cultura y el conocimiento. Hansen y Galindo (2014) explican que "Desde un punto de vista cultural, es decir, desde lo artístico y espiritual, Tagore creía que India y todos los demás países del planeta seguían "en progreso". En lugar de materializar la nación como motor de independencia, Tagore buscó poner la creatividad y renovación cultural a la cabeza del proceso" (P.16).


Como cualquier cosmopolita, Rabindranath, junto con sus compañeros, solo deseaba la unión benéfica de una cultura colectiva. En vez de rechazar una visión de mundo diferente, él buscaba entenderla y reflexionarla. Reconocía la importancia de la tradición y de la costumbre, pero también sabía que cuando estas se convierten en dogmas, terminaban limitando las posibilidades y muchas veces negando por completo la variedad de opiniones. Lo importante es no negar la cultura, sino usarla en conjunto con todo lo que las otras culturas pueden ofrecer para así poder encontrar un valor universal que pueda unir las formas de pensamiento en una cosmovisión de un mundo nuevo alejada de los nacionalismos.



Bibliografía

-Wikipedia contributors. (2020, September 14). Rabindranath Tagore. In Wikipedia, The Free Encyclopedia. Retrieved 23:52, September 26, 2020, from https://en.wikipedia.org/w/index.php?title=Rabindranath_Tagore&oldid=978406872

-Hansen, D. T., & Galindo Diego, A. C. (2014). Un espíritu cosmopolita, o la vida como educación: Octavio Paz y Rabindranath Tagore. Pensamiento Educativo, 51(1).

-Apuy, H. C. (1969). Rabindranath Tagore. Revista de la Universidad de Costa Rica.

-Lomas, F. M. (2016). Gitanjali de Tagore y el discurso del Humanismo solidario. Sur: Revista de literatura, (9), 5.

-Rabindranath Tagore. (s. f.). amediavoz.com. Recuperado 26 de septiembre de 2020, de http://amediavoz.com/tagore.htm






LITERATURA