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MUDDUPALANI, ERUDITA DEVADASI

Por PRAN NEVILE


Se dice que Urvashi, noble entre las Apsaras (hadas) nació en la tierra como una devadasi e impartió el conocimiento divino de la danza y la música a los seres humanos.  El peregrino chino, Hieun Tsang, quién visitó India en el siglo VII, atestiguó la existencia de una institución de danzarinas de templo bien conocida en toda India: las devadasis.  Tras el advenimiento del régimen musulmán, las devadasis desaparecieron de la escena en el Norte de la India pero la práctica continuó en el Sur hasta principios del siglo XX.


En su apogeo, bajo el generoso patrocinio de los reyes Pallava, Chola, Pandya y Nayaka, las devadasis fueron honradas con títulos y dádivas y sus nombres se mencionan incluso en crónicas e inscripciones de los templos.  Ellas eras entrenadas desde la niñez en las artes de la danza y la música y también se les enseñó literatura clásica en Sánscrito, Tamil y Telugu.  Las devadasis fueron respetadas por la sociedad y eran tratadas como un símbolo de buena suerte.  El intercambio de devadasis entre el templo y la corte era un práctica aceptada.  Aunque casadas con las deidades del templo algunas de ellas, dotadas de belleza y logros raros, llegaron a ser cortesanas reales y consorte de reyes.


Las devasasis de Andhra Pradesh dominaron la escena cultural del Sur en India.  El ejemplo clásico fue la célebre devadasi Muddupalani, quien adornó la corte real del Rey Nayaka de Tanjore, Partapsimha (1739-1763), un gran patrón y amante de la música, la literatura y las artes.  El honró y recompensó a Muddupalani no sólo por sus logros en las artes representativas sino también por sus logros en la erudición, como poeta educada, siendo bien versada en Telugu y Sánscrito.  En esos tiempos, la corte de Tanjore era de los pocos sobrevivientes patrones hindúes de las artes en India, y por lo tanto atraía a los mejores talentos de otras partes del país también.  La maravillosa épica erótica de Muddupalani, Radhika Santwanam  (Radha consoladora), una obra maestra literaria de mediados del siglo XVIII y gema virtual de la literatura Telugu, era poco conocida fuera de Andhra Pradesh.  El crédito corresponde a Susie Tharu y K. Lalita por traer a la luz esta grandiosa obra por medio del excelente compendio, Mujeres escritoras de India: Del 600 A.C. al Presente, publicada a comienzos de los noventa.  Radhika Santwanam, que consiste en 584 poemas, está repleta de Sringar Rasa o placer erótico y presenta la historia de Radha y Krishna bajo una nueva luz.  Muddupalani es totalmente no convencional en su percepción y tratamiento del tema.   Ella resalta la gratificación de la mujer, la cual toma precedencia y forma el tema central de esta gran obra literaria.  También hay un relato arrobador sobre una joven que alcanza la pubertad y su primer encuentro sexual.


Procedente de una familia de devadasis, Muddupalani habla con orgullo de los logros literarios de su madre y de su abuela, quienes fueron ambas poetas.  En su prólogo autobiográfico, ella proclama su propia eminencia y popularidad como poetisa y erudita.  También describe con confianza y orgullo su belleza física y encanto, la gracia de su personalidad y su patrocinio generoso a artistas jóvenes y escritores. Se presenta a sí misma con los siguientes versos:


Qué otra mujer como yo

¿Ha felicitado eruditos

con regalos de dinero?

¿A qué otra mujer de mi clase

se han dedicado épicas?

¿Qué otra mujer de mi clase ha ganado

una aclamación así en cada una de las artes?

Eres incomparable, Muddupalani, entre las de tu clase.


Además ella añade:


Un rostro que brilla como la luna llena,

Habilidad en la conversación,

A la par con la apariencia

Y expresión de su rostro,

Ojos llenos de compasión,

Acompasan sus palabras.

Un gran espíritu de generosidad,

Iguala la mirada,

Estos son los ornamentos

Que adornan a Palani,

Cuando los reyes la alaban.


Hay una historia interesante sobre la publicación del clásico de Muddupalani.  La primera versión de Radhika Santwanam, editada por Venkatanarsu, fue publicada en 1887.  Esta publicación omitió versos de varios poemas, como también el prólogo autobiográfico de Muddupalani, el cual informaba a los lectores acerca de sus logros y eminencia como poetisa en la corte real.  Luego Nagaratanamma, una conocedora devadasi de Bangalore, insatisfecha con la versión publicada, decidió publicar la obra clásica en su forma original, luego de una extensa búsqueda.  Tuvo éxito finalmente al encontrar el manuscrito original en hoja de palma de esta obra y publicó la nueva edición en 1910.  Hablando de su determinación a atraer la atención de los intelectuales y los lectores en general hacia esa obra maestra, ella escribió el Prefacio: “No importa cuántas veces lea el libro, siempre siento deseos de leerlo de nuevo.  Esta épica desbordante de Rasa no sólo fue escrita por una mujer, sino por una mujer que nació dentro de nuestra propia comunidad”.  Muddupalani es quizás la única mujer erudita del mundo que haya escrito de manera tan valiente y cándida sobre un tema sensual.


La publicación de la obra clásica de Muddupalani despertó mucha controversia y fue condenada abiertamente por los reformadores sociales contemporáneos.  Muchos de ellos la denunciaron como obscena y categorizaron su autora como  mujer impura.  Nagaratanamma se esforzó mucho por defender esta gran obra literaria infructuosamente.  El Gobierno Británico, en su afán de proteger las costumbres morales de sus súbditos, cedió a las exigencias de los reformadores y prohibió la publicación en 1911.


Aunque todas las copias fueron confiscadas y destruidas, algunas copias siguieron en circulación.  Fue sólo después de la Independencia en 1947 que la prohibición fue retirada por el iluminado Ministro en Jefe de Madrás, T. Prakasam.  Qué don sería para los amantes de la literatura no solamente en la India sino también en el exterior, si esta gema suprema de la literatura Telugu se tradujera a otras lenguas indias y al Inglés.


Artículo publicado en INDIA PERSPECTIVAS Octubre de 2003


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